Mirando desde el otro lado
Que difícil puede ser controlar todo lo que pasa por la mente, diría casi imposible. Cuanto duele entender que al que uno tanto ama no corresponde. ¿Cómo superar el vacio enorme que siento en mi pecho? Olvidada, miserable, tan comparable con cosa insignificante. A mi alrededor miles de emociones batallan por dominarme, el odio, el rencor, la tristeza, la impotencia. El tiempo intenta ayudarme en la tarea de olvidar, pero los lugares guardan memoria, recordándome cada segundo la traición, el engaño. Cuando al pasar la veo sonreír, con esa mirada perversa, dejando entrever su vileza y la satisfacción de haberme lastimado, no puedo controlarme. Se desata lo peor de mí, aborrezco todo lo que salga de ella, cada gesto, palabra, acción, hasta el aire que respira ofreciéndole un minuto más de vida. Lo odio a él que destruyo todo lo que una vez construimos y cada sueño que compartimos, ...