Entradas

Mostrando entradas de 2013

¿Mi Lugar?

¿Y si llorar fuese lo único que me queda? ¿Y si quién está errado soy yo? Mi lugar, esa frase q uno intenta repetirse hasta convencerse, no existe un lugar para mí. ¿Quién soy? Esa persona que no alcanzaría nunca a llenar los zapatos de… ¿acaso importa quién? Toda una vida para ser comparado con tan poca cosa, y para ser despreciado. No tiene sentido, soportar el sabor amargo, la rabia, los arrebatos violentos que nacen desde lo más profundo de mi pecho, al ver tanto descaro y saña. Imposible describir de manera precisa lo que pasa por mi mente, como también calmar estos ánimos que claman por una justa compensación. Bueno, justa del tipo que deriva del concepto literal de justicia no creo que sea, prefiero la libre interpretación. Dar a cada uno lo que corresponde, y a usted le corresponden tantas cosas protervas. ¿Y si llorar fuese lo único que me queda? ¿Y si quién está errado soy yo? Creo que han dejado en clara evidencia que no tengo cabida en ese mundo tan perfectamente co

No me mientas!

Y lo odié. En ese momento comprendí que todos los sentimientos que alguna vez suscitaron de mi pecho se basaban en una mentira, en ese mismo instante en que el mundo caía a pedazos  miles de imágenes volvieron a mi mente. Tantos recuerdos como fueron posibles resucitaron de manera estrepitosa, marcando el fin de aquella patética y falsa historia de amor. No podía creer haber sido engañada tan repulsivamente, y el dolor no surgía del pasado, pues la traición no alcanzaba a ser el fuerte detonante siquiera; el rencor, el desánimo, la impotencia surgió de algo peor, de la mentira. En mi propia cara el malnacido juró que no lo había hecho, mirando mis ojos, siendo testigo del sufrimiento que acongojaba mi alma. Pues ahora es mi turno, y no tiene la menor sospecha de lo que planeo hacer con él. Conozco cada paso que da con detalle, se de sus temores y esperanzas, conozco sus desánimos, torpezas y debilidades, puedo con facilidad convertir su vida en un infierno sin dejar caer mi más

Un sueño y un adiós.

Hace tiempo no oigo tu voz, no siento tu cuerpo, tus manos, tus besos. No te tengo en absoluto, y en la distancia, mi corazón todavía se acelera al pensarte, tu recuerdo no se aparta de mi mente, y el sueño que una vez compartimos, espera en el fondo del placard, como si alguna vez fuésemos a vestirlo. Se ha empolvado, yace triste, arrugado, inservible. No es más que una mísera parte de lo que fuimos, de lo que pudimos ser.  Hoy no somos nada, como si todo hubiese sido un producto de mi imaginación, como si todo lo que compartimos resultara inexistente, insignificante, tanto así como que al verte ya no te conozco, no rescato nada de lo que conocí, y sigo enamorada, pero esta vez solo de ese sueño en el placard.

Decadencia Absoluta

Estirando la cuerda. Cuatro semanas de locura absoluta, fue el primer paso, arrojarme de este carruaje imaginario en constante movimiento. Se que va a doler. Anudando la cuerda. Ya no estoy bien, la caída fue dolorosa, más de lo que alguna vez imagine. Colgando la cuerda. Puedo escuchar las voces, me aclaman, me esperan desde la lejanía. Vistiendo la cuerda. Se acerca el momento, ya no me importa, no existe quien pueda salvarme. Se verá tan tirante, será tan decisivo, se sentirá liberador. Pateo el banquillo…

No hay nadie más, necesito saber, ¿te das cuenta de que te elegí?

Sonidos que pueden perturbar, una tormenta que se avecina. No estoy lista, no puedo manejarlo. Sueño con todo lo que representas, de un momento a otro me dejas caer, miles de pedazos pequeños, estoy destruida, rota y no encuentro la manera de que las piezas puedan volver a encajar. Y al final de mi día, siento como si fuese el final de mi vida. Ya no sé que es real, no sé que esperar.