Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2012

Un centavo.

Las dos caras de una misma moneda, el secreto que nace del pasado termina en presente y devela lo que se creía perdido, olvidado. Con fuerza de tornado, intento destruir, encontrar, hacerme notar. ¿Acaso no puedes verme? ¿Necesitas un poco más? Con destreza pretendo encontrar la verdad, pero una vez más se escapa de mí, siembra intriga y comienzo a maquinar, no puedo parar, no debo hacerlo hasta encontrarme con la cruda realidad.

Agneta Sforza...

Imagen
     19 de Octubre de 1454.      El tiempo, ingrato, no espera a nadie. El paso de las horas resulta agobiante, la sociedad me mira de reojo, ríen a mis espaldas, me señalan como el ejemplo de todo lo que no debe ser.      Tengo 24 años y no tengo compromiso, participo en eventos de sociedad mostrándome sin vergüenza, muestro a todos que mi vida se aboca al conocimiento y no a tareas cotidianas que estén bien vistas por la sociedad.      Cuando niña pasaba mis días entre libros. Mi padre, un reconocido e importante juez, nunca me negó las puertas del conocimiento, y sus libros y manuscritos siempre estuvieron a mi alcance. Mi madre, vacía en todos los aspectos posibles, siempre me miró con desaprobación, intento controlarme de mil maneras, me encerró, me golpeó, me obligó a comprometerme con un joven de la ciudad; para mi suerte este nunca se pudo llevar a cabo.      Una vez crecida, y liberada de ese absurdo compromiso, comencé a viajar con mi padre a distintos lug